Es la que aporta todos los alimentos necesarios, para mantener la salud y prevenir enfermedades, teniendo en cuenta los requerimientos de las diferentes etapas de la vida (infancia, adolescencia, edad adulta y adulto mayor).
¿Por qué es importante?
Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas (bajo peso y obesidad), así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Los hábitos alimentarios sanos comienzan en los primeros años de vida, la lactancia materna favorece el crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo; además, puede proporcionar beneficios a largo plazo, entre ellos la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad y de enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida.
Mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos diarios (equivalentes a menos de 2gr de sodio por día) ayuda a prevenir la hipertensión y reduce el riesgo de cardiopatías y accidente cerebrovascular entre la población adulta.
¿Tengo que renunciar a los permitidos?
¡No! Una alimentación saludable se basa en el equilibrio. Podes disfrutar de tus comidas favoritas, aunque tengan un alto contenido de calorías, grasas o azúcares. La clave es comerlas solamente de vez en cuando y equilibrarlas con los alimentos más saludables y más actividad física.
¿Qué características tiene que tener?
Tiene que ser completa: debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.
Tiene que ser equilibrada: los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción entre sí. Si tenemos en cuenta el plato en que comemos, la mitad tiene que tener vegetales y la otra mitad proteínas (carne, queso y huevo) e hidratos de carbono (papa. arroz, fideo). Además, hay que beber de 1,5 a 2 litros de agua al día.
Tiene que ser suficiente: la cantidad de calorías debe ser adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional.
Tiene que ser adecuada a la edad, al sexo, a la talla, a la actividad física que se realiza, al trabajo que desarrolla la persona y a su estado de salud.
Tiene que ser variada: debe tener diferentes alimentos de cada uno de los grupos (lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes, pollo, pescados, etc.), a mayor variedad, habrá también una mayor seguridad de garantizar todos los nutrientes necesarios.
Si lo que buscas es Salud, a la alimentación saludable le debes sumar actividad física de forma regular (como mínimo 30 minutos al día), evitar fumar y tomar bebidas alcohólicas.
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