Un embarazo sano incide en la vida de la madre y de su futuro hijo o hija.
Tener un peso adecuado previo al embarazo, llevar una alimentación sana y equilibrada antes y durante los nueve meses de gestación, tener hábitos de vida saludables (como no fumar o no dejar que lo hagan en su presencia, ni beber nada de alcohol o hacer ejercicio de forma regular) … ayudarán a que el organismo materno se encuentre al cien por cien y, así, el embarazo tenga un excelente comienzo. Es el primer paso para que el bebé crezca sin problemas desde su primer minuto de vida.
Incluso la ropa y el calzado que utiliza la embarazada son importantes para que el embarazo transcurra sin problemas, asegurando un buen desarrollo fetal. A continuación, hacemos un repaso de todos los consejos que debe tener en cuenta la futura mamá.
CUIDAR LA BOCA ES ESENCIAL
Lo ideal es comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries, gingivitis o sarro, ya que estas patologías no sólo afectan la salud de la madre, sino también del feto.
Además, en algunas embarazadas suelen aparecer tumores o aumento localizado de la encía llamado granuloma biogénico o tumor del embarazo. Son benignos, pero deben ser eliminados quirúrgicamente y se presentan por falta de dominio de técnicas de cepillado e higiene bucal.
Para una buena salud, ponga atención a estas recomendaciones:
Realizar un correcto cepillado después de cada comida, usando hilo dental.
Se debe realizar visitas periódicas al odontólogo, a fin de detectar oportunamente caries o inflamaciones.
Los tratamientos que no sean de máxima urgencia deben posponerse para después del primer trimestre. En la última mitad del tercer trimestre también es aconsejable evitar las intervenciones odontológicas.
Se debe avisar al odontólogo del embarazo, ya que muchas veces se deben tomar radiografías y los Rayos X en el primer trimestre pueden dañar al feto.
HACER ACTIVIDAD FÍSICA
Con previa autorización médica y ejercicios adaptados a su estado, todas las embarazadas pueden hacer ejercicio. Lo más importante en términos de salud es orientar la preparación para el parto, y para eso nos debemos enfocar en la zona media, es decir, la estabilización de lumbares (espalda baja) y abdominales (que se altera notablemente) y que es donde la mayoría de las mujeres sienten molestias durante el embarazo. Además, debemos enfocarnos en fortalecer el piso pélvico, ya que es de gran ayuda para el parto y post recuperación.
Las embarazadas (que no presentan embarazo riesgoso) pueden hacer prácticamente de todo, resguardando la respiración (para aliviar la presión interna) y la intensidad de lo que realizan. Lo más recomendable es caminar, nadar, yoga, hacer ejercicio elíptico, pilates y elongación.
El ejercicio físico mejora la condición cardiovascular y muscular, favorece la corrección postural y evita un aumento excesivo de peso, lo que proporcionará a la embarazada una mejor condición física general y le permitirá enfrentarse al trabajo de embarazo y parto con menos riesgos. Asimismo, disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento, aumenta el bienestar psicológico reduciendo la ansiedad, la depresión y el insomnio y crea hábitos de vida saludables.
LLEVAR UNA ALIMENTACION SALDAUBLE.
Idealmente, una mujer debe iniciar su embarazo con un peso dentro de la normalidad. Esto reducirá algunas de las complicaciones asociadas al exceso o déficit de peso, como el nacimiento de niños prematuros o con bajo peso, diabetes gestacional e hipertensión en el embarazo.
El peso del recién nacido se encuentra fuertemente relacionado con la alimentación y el estado nutricional de la madre antes y durante la gestación. Una mujer que inicia su embarazo con un estado nutricional adecuado se recomienda un aumento promedio de 9 kg, a diferencia de una que inicia el embarazo con obesidad, se le aconseja un incremento no mayor de 6 kg.
Durante este período, la recomendación no es comer más alimentos, sino elegirlos mejor:
Consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales, como el calcio de los lácteos que es importante para la formación ósea del feto. Si el consumo no es adecuado, el feto utilizará las reservas de la madre deteriorando sus huesos y dientes.
Consumir hierro contenido en carnes de todo tipo y en algunas verduras de hojas verdes como acelgas o espinacas y legumbres.
Aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3 (sardinas, jurel, merluza y frutos secos) ya que favorecen el correcto desarrollo cerebral y de la retina del feto.
El ácido fólico, antes y durante los primeros meses de embarazo, reduce el riesgo de malformaciones como espina bífida, labio leporino, paladar hendido y enfermedades al corazón. Se encuentra en vegetales verdes oscuro como brócoli, espinaca, repollitos de bruselas, lechuga morada, y legumbres como lenteja y porotos.
La fibra de frutas, verduras y cereales integrales cumple un importante rol en la embarazada, que sufre frecuentemente estreñimiento. También evita una ganancia excesiva de peso ya que aumenta la saciedad y ayuda a controlar los niveles de azúcar y grasas en la sangre.
Beber al menos 2,5 litros de agua evitando bebidas azucaradas y exceso de bebidas ricas en cafeína. Esto previene el estreñimiento, hemorroides e infecciones urinarias.
TAMBIEN ES IMPORTANTE:
Tener buena postura. Los cambios en el abdomen durante el embarazo van a provocar cambios importantes en la estática corporal. Deben prevenirse los malos hábitos para evitar dolores y malas posiciones. Para ello se recomienda evitar los tiempos prolongados en bipedestación o de pie, durante los cuales se recomienda una separación de los pies a la altura de las caderas de la mujer.
Al caminar la espalda de la embarazada debe mantenerse completamente recta. Cuando esté sentada, la espalda debe mantenerse en contacto con el respaldo, preferiblemente en una silla cómoda que en un sillón o sofá bajo. Para agacharse, debe realizarse mediante flexión de las rodillas y nunca mediante flexión de la espalda.
Cuidados corporales adecuados. Se puede evitar la formación de estrías y otros problemas de la piel, cuidándola con constancia y regularidad, manteniéndola hidratada. También se debe utilizar un protector solar adecuado (protección alta) y no exponerse directamente a los rayos solares. Utilizar un calzado apropiado (cómodo y evitando tacón alto) y ropa de fibras naturales, transpirable y que no sea ajustada.
Descanso nocturno. El descanso, y en especial el descanso nocturno van a afectar de forma importante el estado de salud de la mujer. Lo ideal es conseguir un descanso de ocho horas diarias, a ser posible con una rutina horaria. Debemos intentar que la embarazada descanse del lado izquierdo, con ambas piernas flexionadas y algo separadas, con una almohada cómoda bajo la cabeza. Para mantener las piernas separadas pueden emplearse desde una almohada, hasta una toalla, de este modo, se previenen posibles dolores lumbares. Además, deben favorecerse durante el día pequeños descansos, preferiblemente en una silla o sillón con respaldo rígido.
Visitar al médico/obstetra. Es importante comenzar con los controles de embarazo de manera precoz, idealmente realizando una visita preconcepcional. Se recomienda ir a todas las visitas y en las fechas programadas. Es fundamental seguir las recomendaciones del profesional en cuanto a toma de suplementos, dieta, ejercicio, hábitos de vida….
Adquirir conocimientos útiles. Conocer lo que sucede de manera fisiológica ayuda a entender muchos síntomas, sensaciones y actuaciones de los profesionales que te rodean. Por ello es fundamental que realices los cursos de preparto, además de leer libros, textos y folletos adecuados, realizados por profesionales, que te ayudarán a conocer todo el proceso del parto y del puerperio.
Comunicarse con el bebé. Y, por último, pero no menos importante la comunicación con él bebe, hablarle y ponerle música. Está demostrado que causa muy buenos efectos sobre el bebé, la mama también se sentirá más a gusto si realiza estas acciones.
Comments