Los hábitos son esas acciones que, a base de repetirlas, se convierten en nuestra forma de hacer las cosas. Establecer rutinas saludables en la infancia es una inversión en salud para toda la vida, ya que se convertirán en hábitos del adulto. Comer bien, tomar agua, hacer actividad física y regular la televisión y uso del celular, son algunos hábitos que los niños deben aprender desde pequeños para llevar una vida sana.
No hay que esperar a que nuestros hijos tengan problemas de salud o sobrepeso, la promoción de hábitos sanos es sin duda la mejor apuesta de futuro. El juego y la actividad física, junto a una alimentación saludable, son los pilares de una vida saludable.
ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Una alimentación variada garantiza que niños y niñas obtengan los nutrientes que necesitan. Por eso, es importante motivarlos a probar alimentos de todos los grupos. El gusto de los pequeños es cambiante y poco a poco aceptarán las verduras y el pescado que al principio no querían ni ver.
La alimentación de hoy tiende a desequilibrarse, o incorporamos mucha proteína o nos pasamos con los hidratos de carbono. Las Guías Alimentarias Argentinas (GAPA) es una herramienta que nos educa de cómo deben comer niños y niñas mayores de dos años.
También, tenemos que tener en cuenta:
Limitar al máximo la comida rápida y productos ultraprocesados.
Es importante hacer un buen desayuno.
Establecer horarios fijos para cada comida, hay que acostumbrar al cuerpo a horarios y limitar el picoteo.
Planear las comidas con anticipación, así son más equilibradas y completas. Podemos establecer un momento de la semana para diseñar el menú, y otro para comprar lo que necesitamos.
Compartir al menos una comida familiar, es una oportunidad de convertirnos en un modelo de hábitos para nuestros hijos.
Volver a la comida casera, hacer las comidas más originales. La monotonía en la mesa produce insatisfacción e induce al picoteo.
Los jugos y gaseosas no son una buena opción, contienen demasiados azúcares, apostemos a la jarra de agua, no pude faltar en la mesa familiar.
No obligar a terminar el plato, si el niño dice que está lleno, hay que respetarlo.
ACTIVIDAD FISICA
El juego y la actividad física son aliados para el buen funcionamiento del organismo. La actividad física previene el sobrepeso en niños y niñas, incrementa su rendimiento escolar e incluso su estado de ánimo.
El tiempo que pasan con los celulares, tablet o viendo la televisión se lo están quitando a otras actividades necesarias y mucho más saludables. Conviene pactar con ellos un tiempo máximo para las nuevas tecnologías y buscar otro tipo de actividades para disfrutar del tiempo libre.
Para sumar movimiento:
Nunca debe convertirse en una obligación, es más importante que les divierta a que adquieran habilidades. Si les gusta, será más fácil que lo hagan.
Diariamente, conviene guardar un espacio de tiempo exclusivo para la actividad física.
Más activos en lo cotidiano, si nosotros lo hacemos es más fácil que ellos lo hagan. Podemos buscar cualquier excusa para salir a la calle (pasear juntos al perro, sacar la basura). Un simple paseo mejora el estado cardiovascular tanto en niños y niñas como en adultos.
Organizar planes familiares al aire libre, son una buena forma de dejar a un lado la vida sedentaria.
Disfrutar con ellos, para que la actividad física sea una satisfacción conviene generar un recuerdo feliz de ella.
¿COMO CREAR NUEVOS HABITOS?
Pongamos metas realistas, ¿Cómo vamos a organizar ahora las comidas? ¿Qué días haremos actividades al aire libre? Nuestras buenas intenciones pueden venirse abajo ante una organización demasiado exigente. Es preferible poner en marcha dos o tres pequeños cambios, y esperar a que estén integrados para pasar a los siguientes.
Hagámoslo todos juntos, niños y niñas aprenden lo que ven, no lo que escuchan. Pasear será divertido si vamos todos. De la misma forma, si compartimos la comida, aprenderá qué alimentos le hacen bien, y si comemos de forma sana, nuestro hijo sabrá que no le estamos castigando, ya que todos lo hacemos.
Potenciemos la parte positiva. Frases como "No comas galletitas", "no picotees" o "te vas a poner muy gordo" producen frustración y ansiedad en niños y niñas. En cambio, otras como "¡vámonos de paseo!", "estas manzanas están ricas", reforzarán los hábitos que queremos crear.
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