El 7 de abril, celebramos el Día Mundial de la Salud, fecha conmemorativa de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948. Este día simboliza el compromiso global con la promoción de la salud, la seguridad mundial y el apoyo a los más vulnerables, con el objetivo de que cada individuo, sin importar dónde se encuentre, pueda alcanzar el máximo nivel de salud y bienestar. Desde 1950, el 7 de abril se ha convertido en un hito anual para reafirmar estos ideales.
Este año, el lema «Mi salud, mi derecho» destaca la importancia del acceso universal a servicios de salud esenciales, educación, información, agua potable, aire limpio, nutrición adecuada, vivienda digna, condiciones ambientales y laborales seguras, y la libertad.
En este contexto, nos enfocaremos en fortalecer la calidad de vida de la población, la que es fundamental para el bienestar en todas las etapas de la vida, minimizando el riesgo de enfermedades crónicas, entre las que se destaca cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer y fomentando un envejecimiento saludable.
Pese a los avances en diagnóstico y tratamiento, las estrategias de promoción de la salud y prevención de enfermedades siguen siendo las más efectivas para mejorar la calidad de vida. Estas intervenciones ayudan a prevenir la aparición de enfermedades o a detener su progresión. La salud integral y su promoción dependen en gran medida de nuestras acciones diarias, influenciadas por factores socioeconómicos, culturales y personales.
Algunas herramientas poderosas para la construcción de la salud de las personas:
1) La educación para la salud busca incrementar la conciencia sobre la salud y la adopción de estilos de vida saludables que respeten la identidad social y cultural de cada persona.
2) Promover el desarrollo de la comunidad, la formación de redes de apoyo y la facilitación de grupos, que favorezcan la participación y transformaciones de condiciones para una vida sana con espacios saludables y servicios de salud eficaces y eficientes.
3) Favorecer políticas que creen ambientes saludables y seguros, y condiciones favorables para la salud y el bienestar.
La American Heart Association, plantea 8 pasos para tu salud integral. Los cuales actúan como componentes para evaluar la salud cardiovascular a la vez que aportan a las personas metas positivas a alcanzar en cualquier etapa de la vida, buscando prevenir el desarrollo y controlar las enfermedades cardiovasculares, estos son:
Evitar el consumo de tabaco y/o nicotina.
Realizar actividad física de forma regular y reducir el comportamiento sedentario.
Adoptar una alimentación saludable.
Mantener un adecuado peso corporal.
Controlar el colesterol.
Controlar la presión arterial.
Controlar los niveles de azúcar en la sangre.
Dormir de 7 a 9 horas diarias.
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