Las y los argentinos atraviesan una compleja realidad marcada por una inflación que golpea con dureza los bolsillos. Pone en riesgo el acceso a los alimentos, y lleva a una realidad en la cual una parte de la población que anteriormente podía acceder a una alimentación variada, ahora se ve limitada en gran medida, a causa del aumento de precios.
Corren malos tiempos para la economía familiar de muchos hogares. Es importante que esta situación, lejos de desanimarnos, nos haga ser más creativos en nuestra alimentación, y de paso, consigamos mejorar la salud.
Descuidar la alimentación tiene consecuencias negativas para el organismo. De hecho, tres de los factores de riesgo cardiovascular (la obesidad, el colesterol y la hipertensión) pueden reducirse si adoptamos nuevos hábitos y apostamos por una dieta variada.
¿Se puede comer bien y económico?
Fácil, fácil, no es, pero se trata de intentarlo.
El secreto es cocinar combinando los productos, reciclar, comprar lo que está en oferta. Hay que incluir todos los grupos de alimentos: cereales y derivados, frutas y verduras, lácteos, carnes y aceites, grasas y azúcares. La alimentación debe ser de calidad y suficiente.
Cuando tenemos que pensar en una alimentación económica hay que considerar cuáles son las opciones dentro de cada grupo y elegir las de menor costo. Por ejemplo, del grupo de cereales, legumbres y derivados, nosotros en Argentina privilegiamos el pan, es uno de nuestros alimentos básicos, así como sus derivados, pastas, facturas, bizcochos. Mientras que otras culturas usan el maíz o el arroz...
En realidad, nosotros privilegiamos el trigo y sus derivados. En una alimentación económica ese grupo es muy importante y lo asegura el pan de cada día, un plato de fideos, arroz o polenta. Es saludable consumir 4 porciones por día. ¿Qué sería una porción? Un miñoncito, cuatro galletitas de agua, medio plato de pastas, arroz, polenta o legumbres como lentejas, arvejas, porotos o habas, que en una base de guiso funcionan todas bien como opción. O sea que, si en desayuno y merienda consumimos una ración de cereal y luego en una de las dos comidas, almuerzo o cena, ingerimos un plato de almidones, estamos cubriendo este grupo de alimentos. Algo que parece garantizado para el conjunto de la población.
¿Las frutas y verduras? La Guía alimentaria para la población argentina GAPA muestra que deben representar casi la mitad del consumo diario. El problema es que hoy están a un alto costo, el consejo: usar todo lo de estación, que es siempre lo más barato: zanahoria, calabaza, zapallito, verdura de hoja... Desde mayo cítricos, que van a estar mucho más accesibles que la fruta de verano. ¿Cuántas raciones diarias? de tres a cinco.
Luego vienen los lácteos, que incluyen leche, yogur o queso, también costosos. Por eso preferimos la leche, la opción más económica y que cubre la necesidad de calcio y también de proteínas que necesitan chicos y grandes. Al menos medio litro cada uno, o sea dos litros diarios por familia.
La carne, Sí todo tipo de carne, si no se pudo comprar carne está el huevo, porque provee proteínas buenas de origen animal. ¿Raciones? dos (almuerzo - cena): un huevo o 200 gramos de carne de cualquier corte, la más económica y sin grasa visible. No se necesita gran cantidad, estamos mal acostumbrados: con un poco de carne en un guisito o con legumbres para mejorar la proteína y la disponibilidad de los nutrientes.
¿Y el último grupo? Azúcares, grasas y aceites: la premisa es usar lo menos posible. Cocinar con mínimo de aceite, la menor cantidad de fritura, preferir lo hervido, la parrilla, la plancha. Y el azúcar de golosinas o gaseosas no es necesaria ni deberíamos incluirla en la alimentación diaria. Están instaladas culturalmente, pero son desaconsejables.
CONSEJOS A TENER EN CUENTA
Un factor primordial para conseguir una alimentación equilibrada es adquirir los productos adecuados. Para lograrlo sin que nuestros bolsillos se resientan, es importante que tengas en cuenta algunos puntos:
Planifica tus compras. Prepara una lista antes de ir al mercado con todo lo que necesitas y evitarás gastos de más.
Utiliza productos de temporada: son más baratos y sanos.
Busca recetas económicas y sencillas.
Compara los precios de los alimentos, pero siempre teniendo en cuenta la información del etiquetado, ya que es importante elegir los productos más saludables.
Conserva los alimentos apropiadamente.
Aprovecha las sobras para hacer nuevos platos.
Desarrolla hábitos de comida racionales y no compulsivos.
Tenemos que encontrar la manera de volver al habito de cocinar y usar productos de estación, los ultraprocesados son caros y poco saludables. Hay un fuerte obstáculo cultural a incorporar algunos alimentos saludables y eliminar otros como gaseosas, golosinas y frituras. También se ve la pérdida de la comensalidad, desde Salud trabajamos para que, la familia se junte para comer un guisito.
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