Vivimos en una sociedad en la que los porcentajes de obesidad son cada vez mayores, se hace poco ejercicio físico y la alimentación no es del todo correcta. Uno de los principales problemas es la falta de información sobre alimentación y nutrición que existe, además de la existencia de publicidad engañosa que nos encontramos día a día.
Entendiendo esto, la educación alimentaria y nutricional juega un papel fundamental en nuestra sociedad, es la encargada de cambiar los malos hábitos de vida de la población en un estilo de vida saludable.
¿En qué consiste? La educación nutricional no solo incluye información en materia de nutrición, sino que se trata de un tipo de enseñanza orientada a la acción, que facilita la adopción voluntaria y natural de hábitos alimentarios que fomenten el bienestar.
Se trata de un proceso en el que se aprende a elegir y disfrutar de todos los alimentos, conocer la frecuencia y cantidad recomendada de cada uno de ellos, comprender el beneficio que implica su consumo para el cuerpo. Permite conocer distintas preparaciones culinarias y adquirir técnicas de cocción, consigue generar una actitud analítica y de mayor consciencia sobre todo lo ofertado por la industria. Todo ello puede conseguirse fomentando distintos tipos de actividades desde el entorno familiar, educativo e industrial.
Participar en la compra y preparación de las comidas en casa, promover momentos de charla de los distintos grupos de alimentos y nutrientes, enseñar la importancia de la higiene alimentaria, así como facilitar la elección de compra, son algunas de las acciones que dan forma al concepto de educación nutricional y actúan como factores de prevención de enfermedades relacionadas con la alimentación.
Además, los consumidores necesitan información y capacitación para ser conscientes de sus derechos en materia de alimentación y aprender a participar en la adopción de decisiones que le afectan.
La educación nutricional debe aplicarse en todas las etapas de la vida, aunque tiene especial importancia la etapa escolar y la adolescencia, son es estas etapas cuando se forman los hábitos saludables. Un niño que aprende a comer de forma saludable tiene más probabilidades de continuar manteniendo esa conducta durante la edad adulta y, en consecuencia, posiblemente goce de mejor salud en el futuro.
En resumen, la educación alimentaria y nutricional es vital en la adopción de hábitos alimentarios y estilos de vida saludable. Si adoptamos hábitos de alimentación saludable (incluyendo la manipulación adecuada de alimentos), reduciremos nuestro riesgo contra enfermedades crónicas, ayudándonos a sentirnos sanos y con más energía, con mayor capacidad para disfrutar la vida.
EL PAPEL DE LA ESCUELA EN LA ALIMENTACION SALUDABLE
La educación alimentaria y nutricional en la escuela consiste en estrategias educativas y actividades de aprendizaje que, respaldadas por un entorno alimentario saludable, ayudan a los escolares, los adolescentes y sus comunidades a mejorar su alimentación y elecciones alimentarias, así como a desarrollar su capacidad para adaptarse al cambio y actuar como agentes de cambio.
En materia de alimentación y nutrición, se debe promover un enfoque que abarque a toda la escuela, accesible a todas las personas que interactúan en el entorno escolar, niños y niñas, sus familias, docentes, auxiliares, agricultores locales, comerciantes y los funcionarios públicos.
Las escuelas brindan una oportunidad única para fomentar la buena nutrición y el desarrollo adecuado de los niños y los adolescentes. El entorno escolar es un lugar de aprendizaje estructurado, donde interactúan quienes influyen en las percepciones, las prácticas y los hábitos de los niños, por una parte, y se toman decisiones y hacen elecciones sobre los alimentos, por otra. La educación alimentaria y nutricional en la escuela aprovecha ese entorno y crea oportunidades de aprendizaje y experiencias que pueden moldear patrones alimentarios más saludables, especialmente cuando están respaldados por un entorno alimentario saludable.
La Educación Alimentaria en las Escuelas tiene que estar en la agenda de los gobiernos, para que puedan desarrollar estrategias para impulsarla, a fin de integrar en sus sistemas escolares una educación alimentaria y nutricional eficaz.
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